A Oriente lo golpea su realidad; y su realidad hoy es triste. Este domingo no pudo frente ...
A Oriente lo golpea su realidad; y su realidad hoy es triste. Este domingo no pudo frente a Real Potosí (1-1), selló su tercer empate en casa y volvió a dejar una pobre imagen, aunque esta vez con David Avilés al mando. El equipo no tiene fluidez, orden y acaba jugando a la desesperada.Los hinchas acabaron rechiflando, no aguantan el triste momento del equipo, que tras la salida de Pepe Basualdo (por los mismos inconvenientes), parece no tener arreglo. Solo para destacar a Carlos Áñez y Thiago dos Santos, ya que el resto continúa volando bajo.
Real Potosí vino e hizo su partido; si hasta sorprendió de entrada. Los lilas se pusieron en ventaja cuando apenas habían transcurrido 4' del juego: un perfecto tiro libre de Carlos Hidalgo silenció el Tahuichi, ya que la pelota entró por el palo derecho de Marcos Argüello.
Los hinchas de Oriente no podían creer lo que pasaba en cancha; el nivel del equipo era bajo, sin continuidad en el juego y con displicencias en el último toque. Intentaron mostrar el rumbo Thiago dos Santos y Carlos Áñez y luego de varios embates, llegó el empate.
El encargado de marcarlo fue Áñez, que le pegó de frente luego de una perfecta habilitación de Carlos Saucedo y la pelota, antes de ingresar, dio en Juan Carlos Sánchez, descolocando a Henry Lapczyk (26'), que se había lanzado al otro costado. El gol fue en el mejor momento albiverde.
En el complemento, el equipo de Avilés tuvo la pelota, pero sin hacer daño, sin ser picante. Mojica, Duk y hasta Meleán tuvieron chances de inquietar al meta rival, pero sus remates terminaron desviados. El reloj avanzaba y la desesperación se hacía cada vez mayor.
Las arremetidas por izquierda de Marvin Bejarano no bastaban y el empuje de Duk mientras estuvo en cancha fue improductivo. Oriente no tenía fútbol y Carlos Saucedo lo sentía porque el equipo entró en un momento de desesperación del que ya no pudo salir.
Avilés se la jugó colocando a Peña, Vargas y Mercado, pero ninguno fue la guía que el equipo buscaba: Oriente no tenía fútbol y deambulaba. Mientras los hinchas se enfrentaban en una de las tribunas, el equipo andaba desesperado por lograr el desnivel, que al final no llegó. Pobre actuación de un equipo que hasta ahora encuentra su rumbo.